Melissa Gilbert cumple 60: cómo se convirtió en Laura Ingalls, su amor por Michael Landon y sus problemas con el alcohol

Melissa Gilbert, la actriz que interpretó a Laura, la inolvidable hija del medio de La Familia Ingalls, cumple 60 años

 

Melissa Gilbert cumple 60. Su papel más trascendental, aquel por el que es y será recordada, lo consiguió hace medio siglo. A fines de 1974 comenzaba a emitirse en Estados Unidos La Familia Ingalls, pergeñada y encabezada por Michael Landon. Melissa con 10 años encarnaba a Laura, la angelical hija del medio de los Ingalls. Fue durante muchos años, la nena más célebre de la televisión. El programa, contra las apuestas de varios, se convirtió en un suceso. Contó con nueve temporadas pero en realidad estuvo en el aire muchísimo más. Durante décadas se repitió en los canales de todo el mundo. En esos años ella creció ante los ojos de una enorme audiencia. La carrera actoral de Melissa no volvió a tener el esplendor de los inicios, no consiguió – ni siquiera se aproximó a- un éxito como el de La Familia Ingalls.

Por infobae.com

Más allá de eso y, a pesar de una época en la que sucumbió al alcoholismo, la revelación de oscuros secretos familiares y la pérdida temprana Michael Landon, su mentor, parece haber logrado superar la maldición que persigue a los niños actores, a los que triunfan muy temprano y después no soportan que el resto del camino sea en bajada; los que viven añorando lo que sucedió hace demasiado. Parece ser una excepción porque esa fama inicial, esa vida diferente a la de los demás niños, no la convirtió en un juguete roto como a tantos.

De familia de actores, Melissa enfrentó las cámaras desde muy chica. Su madre la llevaba a cada casting del que se enteraba. Grabó numerosos avisos publicitarios. De McDonalds, de golosinas, de dentríficos. Ya un poco más grande consiguió papeles menores y esporádicos en varias series. Cuenta en sus memorias que en las salas de espera de las audiciones siempre se cruzaban con las mismas chicas y las mismas madres. Y que cuando ella ingresaba se escuchaban suspiros de desaliento por parte de las demás: “En esa época la mayoría de los papeles los obteníamos las mismas chicas: Jodie Foster, Kristy McNichol y yo”.

Ese esquema de trabajo agradaba a madre e hija. Los papeles salteados y las publicidades le permitían actuar, ganar cierto dinero y no abandonar el colegio ni su rutina cotidiana. Sin embargo, cuando se enteraron de que se buscaba una chica de 9 o 10 años para un nuevo proyecto de Michael Landon, se entusiasmaron. Mucho más cuando supieron que se basaba en los libros de Laura Ingalls de la saga de Little House on The Prairie, que la madre de Melissa había leído cuando era chica.

Después de Bonanza, Michael Landon eligió La Familia Ingalls (es uno de los pocos actores que encadenó –hubo un año de separación entre una y otra- 3 series exitosas; la tercera fue Camino Al Cielo). Las decisiones creativas serían suyas. Control total. Tuvo que trabajar mucho para convencer a los ejecutivos del canal que adaptar Una Casa en la Pradera, el libro escrito por Laura Ingalls en 1935 y que ocurría en 1880, era una buena idea. No veían cómo eso podría convertirse en un éxito. Y mucho menos sin otras caras conocidas.

El día del casting, Melissa y su madre se desilusionaron un poco. Había centenares de chicas luchando por el papel. Se presentaron alrededor de quinientas. La audición de Melissa fue muy breve. Leyó una pequeña escena junto a un asistente y la interrumpieron al poco tiempo. Creyó que le había ido mal. Pero a los pocos días recibió un llamado telefónico para convocarla a una segunda fase. Habían quedado una decena de candidatas que leerían otra escena pero en este caso con el líder del proyecto y su futuro padre en la ficción, Michael Landon. La lectura ocurrió sin sobresaltos. Landon se mostró afable y trató de darle confianza. Hubo una tercera convocatoria para una prueba de cámara: las postulantes que habían sobrevivido la criba apenas eran un puñado. Después, por varias semanas, Melissa regresó a su vida habitual. Sus clases, sus castings, sus juegos infantiles. Hasta que una mañana en un recreo del colegio, una chica se acercó a ella. La saludó y se presentó. Le dijo que era Leslie Landon, la hija de Michael. Y la felicitó porque el papá le había contado que Melissa había obtenido el papel de Laura Ingalls. Apenas terminó la conversación, Melissa salió corriendo hacia el despacho del director y le pidió el teléfono, ese que estaba reservado sólo para llamadas urgentes e impostergables a los hogares. Al verla tan urgida, el director no preguntó por el motivo de la llamada. La madre atendió y no pudo creerlo cuando Melissa le dio la noticia. Al llegar Melissa a su hogar unas horas después, la madre ya había averiguado si la notica era cierta. Lo era.

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