El shawarma más emblemático de Gaza triunfa en Egipto tras quedar destruido por la guerra

Un empleado en el restaurante de shawarma Hay al Rimal, un local que una familia gazatí ha abierto en El Cairo después de que su negocio de comida en Gaza quedara destruido por la guerra de Israel en el enclave. EFE/ Isaac J. Martín

 

El palestino Abdalá Abu al Aoun y su familia tenían un restaurante de shawarma que “todo el mundo” conocía frente al Hospital Al Shifa de Gaza. Pero, tras huir de la guerra y con el negocio destruido, han tenido que empezar de cero y trasladar su comercio a El Cairo, donde al fin ven un futuro.

En el popular barrio cairota de Ezbet al Nakhal, donde los cláxones abruman y los tuk-tuk (triciclos motorizados) corren en todas direcciones, abrieron el pasado febrero su nuevo local de shawarma y lo bautizaron como Hay al Rimal, el mismo nombre del barrio gazatí en el que creció Abdalá junto a sus ocho hermanos y sus padres.

“La idea de montar un restaurante que lleva el nombre de nuestro barrio en una zona popular fue, en primer lugar, por nuestras capacidades financieras, así como para estudiar y conocer el mercado egipcio”, señala en una entrevista a EFE en el interior de su local, donde las personas no paran de entrar y las llamadas para pedidos no cesan.

La huida a Egipto

“Estábamos trabajando en la zona más prestigiosa de Gaza, que es el barrio de Al Rimal, y teníamos dos restaurantes, de los más famosos, que todo el mundo conoce y donde tiene recuerdos”, afirma sobre sus dos locales llamados Al Turki, los cuales han quedado reducidos a escombros, tal y como enseña desde su móvil.

Cuando el grupo islamista Hamás atacó territorio israelí el pasado 7 de octubre, dejando unos 1.200 muertos y más de 200 secuestrados, Israel lanzó una ofensiva que continúa hasta ahora y que ha provocado más de 34.000 muertos, casi la mitad niños, además de una destrucción del enclave, incluido Al Shifa, el que era el hospital más importante de la Franja.

Desde esa fecha, Abdalá y su familia tuvieron que desplazarse a varios sitios hasta llegar a la localidad palestina de Rafah, que linda con Egipto y sobre la que pende un asalto israelí.

La gota que colmó el vaso para el padre de Abdalá fue el acabar durmiendo en coches con gente mayor y enferma, por lo que comenzaron el proceso con su tío, que tiene la nacionalidad egipcia, para que el Ministerio de Exteriores del país árabe le permitiera entrar en el marco de una reagrupación familiar.

“La decisión de dejar Gaza fue muy difícil, pero la hambruna de esta guerra es más fuerte que los combates. En la guerra normal, si cae un proyectil, la persona muere enseguida pero con la hambruna sufre mucho más. Puedes tener dinero, pero no puedes conseguir comida. Te sientes impotente”, relató Abdalá.

El paso de Rafah es el único acceso a Gaza que no está controlado por Israel y desde donde prácticamente desde el inicio de la guerra han sido evacuados tanto extranjeros como palestinos que han podido cruzar a Egipto, que es para muchos un nuevo hogar a la espera de que acabe la guerra.

Abdalá Abu al Aoun, uno de los dueños del restaurante de shawarma Hay al Rimal, junto a dos de sus empleados en el local que abrieron en El Cairo después de que su negocio de comida en Gaza quedara destruido por la guerra de Israel en el enclave. EFE/ Isaac J. Martín

 

Huele a éxito

Los shawarmas que preparan en Hay al Rimal tienen un olor diferente a los que se toman en Egipto, con diversos condimentos que ellos mismos preparan para dar ese “sabor especial”. Los rollos de carne se envuelven con un papel con un patrón muy conocido de la tradicional kufiya, símbolo de la causa palestina.

Pero para llegar hasta aquí, Abdalá asegura que han perdido casi el 90 % de sus propiedades y dinero: “Gracias a Dios, toda nuestra familia salió ilesa”, asegura.

“Antes, en Gaza, éramos ricos y teníamos más de 50 empleados, ahora empezamos de cero y en menos de tres meses logramos tener alrededor de 15 empleados en El Cairo”, explica Abdalá, que apunta que cuando entra un cliente y se entera de que son palestinos, empiezan a ofrecerles ayuda.

Elogia el “trato amable” y la ayuda de los funcionarios gubernamentales egipcios que lograron terminar todos los permisos necesarios para que puedan operar en el país.

De hecho, ya tienen pensado abrir en unos dos meses otro restaurante en una zona más céntrica de la capital “gracias al éxito que logramos por el apoyo de los egipcios”.

Abdalá tiene claro que cuando finalmente termine esta guerra, volverán a Gaza, pero mantendrán este negocio que va viento en popa en el país de los faraones.

“Estos restaurantes no van a cerrar después del fin de la guerra, a pesar de que mi familia quiere volver inmediatamente”, zanja. EFE

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